
al vil negocio del robo de gatos
desde entonces le gana la manía
ve un minino y, ¡juaz!, bajo el manto
Ha corrido tanto espanto
entre la población felina
que han pospuesto sus nocturnas inquinas
La bandolera envía los gatos a Marbella
"¡sin ratones, sin sardina!"
(los gatos sólo piensan en la barriga)
De ahí parte mi advertencia:
Si eres morrongo y vas nocturno y muy orondo
ten cuidado en las esquinas
no vaya a ser que por desidia
termines bajo los zapatos
de la señora carga-gatos